Buscas consuelo en ese pecho, que
a mí me parece vacío y sin
nada que ofrecer. Pero tus llantos
se calman y quizás sea más valioso
de lo que a simple
vista mi mente es capaz
de entender. Cuantas
veces habrá servido para saciar la desesperación, ser
el apoyo en el
que aferrarse a la vida.
Intento entender, pero no encuentro
consuelo.