sábado, 6 de octubre de 2018

TENGO UNA ONG


Tengo una ONG,  frase  cargada  de  significados. Al principio puede sonar pretenciosa pero en esencia  y  al  final,  está  cargada  de  trabajo,  responsabilidad y  soledad.  No  toca  explicar  los  logros, los objetivos, las aventuras, los  agradecimientos etc. Tener una  ONG  no  es  fardar  en una  reunión  para  que  te  digan  lo guay  que  eres o  como mola irte  a  Africa,  traerte unas  fotos y contar historias.  No  eso  no  es. 
Para las pequeñas  ONGs,  como  la mía, consiste  en costearte  los  viajes,  gastar tus  días  de  vacaciones,  levantarte pensando  en como conseguir  los  fondos para  poder  lograr  los  objetivos  anuales y poner  en práctica  todo  lo  que ideas o piensas. También supone  pasar  de  la euforia  a  la  decepción  cuando  alguien  te  tiende una  mano y luego  se  olvida. Intentas  entender  que  aunque  no  consigues  ningún  rendimiento  funcionas  como una  empresa donde  los  gastos  son  gastos. 
Triste con aquéllos  que son  capaces  de  mover  las  conciencias  y  los  corazones  para  conseguir  ingentes  cantidades  de  dinero,  para  acabar  en un  lucro personal.  Cansada  de  los  que hacen  de  la  solidaridad   su  medio  de  vida, pero  se  permiten  el lujo  de  criticar  a   los  que  a duras penas  conseguimos llegar a  nuestro  fin.
Tengo una ONG  cargada  de  dignidad,  fidelidad y honestidad, porque  son  sus fundamentos y  así  la  concebí hace ya  casi  8 años y nadie  (y os puedo  asegurar  que  lo han intentado)  conseguirá  deslumbrarme  para  apartarme  de mi  camino, por tortuoso que  sea.